De caminos
iracundos
y de memorias
fatídicas,
las
cuitas a diario reclaman revancha,
de
un ayer lejano
de
un presente ausente.
Ante la borraja de
la lengua cínica
queda
el canto fugaz del cenzontle
que
purifica los campos
en
cosecha fértil,
como lluvia que
termina
para que el
arcoíris renazca
clamando alianzas
que hoy se renuevan.
Ahora sólo queda
esperar
que
no sea tarde
para
que la semilla germine.
Aut. oswalslas
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