Torturado y nauseabundo
transito por mi existencia,
caer me tomó un segundo
lo demás fue penitencia.
Como sociedad ingrata,
haces menos mis laureles,
acortas mi caminata
doy pasos de menuceles.
Por la daga de tu lengua
traigo abiertas mis heridas,
y mi fuerza a diario mengua
en mis manos entumidas.
Siento mi llanto apagado
y por engañar la mente,
mis sueños se han ahogado,
miento a mi propio presente.
Ya los años me dominan
hoy solo quedan mis canas,
aunque mis días no terminan
¡de vivir no tengo ganas!.
Aut. oswalslas
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